martes, 3 de mayo de 2011

LA arquitectura Descentrada

-La estructura y la tecnología.

Para europeos y norteamericanos el camino hacia la alta tecnología ha sido el de una evolución sostenida, de tal modo que su adopción fue el modo lógico de responder a la propia circunstancia.

Para el resto del mundo, en cambio la alta tecnología se transformó en el símbolo del progreso y su utilización devino en signo equivoco de una modernidad aparente… cuando el diseñador supera el complejo de inferioridad que es una de las peores cargas del subdesarrollo, y mira hacia su propio medio, suele encontrar allí sugerencias tecnológicas que le hacen reflexionar acerca de las posibilidades de hallar caminos alternativos, más apropiados a los recursos económicos y humanos de región. Tal es lo que revelan los trabajos de Eladio Dieste, los de Severiano Porto en Brasil, los de Edward Rojas en Chile, entre otros.

El saber arquitectónico que mantenía una posición central en el marco de la producción arquitectónica, constituyendo sin duda el punto de referencia para todo juicio de valor y asimismo para la evolución del gusto general, ha visto desdibujarse esa posición con la valorización de arquitecturas hasta hace poco consideradas como marginales. El proceso lleva ya varias décadas: comienza, probablemente, con la proclamación de las cualidades de las arquitecturas populares, en la conocida exposición Arquitectura sin arquitectos, organizada por Bernand Rudofsky en el museo de Arte Moderno de Nueva York en 1965; continua más adelante con la reivindicación que John Turner hizo de la los asentamientos clandestinos, sus valores sociales y urbanos, estudiando en particular las barricadas limeñas; con el entusiasmo por la arquitectura popular urbana de Robert Venturi y se verifica así mismo con el creciente interés despertado por el estudio y la conservación del patrimonio no-monumental, o patrimonio modesto.

El saber arquitectónico parece así haber perdido su valor como legitimador de la acción del arquitecto, jaqueada además, como se ha dicho, por las diversas fuerzas que intervienen en la construcción del entorno.

A finales de la década de los 20 y en la década de los 30 comienza la intensa difusión de las ideas y realizaciones europeas en el continente americano, y desde mediados de esta década comienza asimismo el éxodo de los maestros europeos y la radicación de varios de ellos en los Estados Unidos de América. Maestros e ideas se ven trasplantados a mundos en los que la situaciones socio-políticas, los conceptos de modernidad y la democracia, las tradiciones referidas a la arquitectura, al urbanismo y a la construcción diferían profundamente de las del continente europeo.

La situación socio-económica de los países de América Latina no habían sufrido las transformaciones acaecidas en Europa. Una sociedad tradicional, de antiguo origen clasista apenas superado en los países de la alta inmigración en los que empezaban a formarse las clases medias y las obreras, una economía centrada en la producción primaria y en muchos casos en el monocultivo, una menos que incipiente industrialización, habían convertido desde el siglo anterior el anhelo de modernidad en un anhelo de acercarse a modelos –europeos durante largo tiempo, y más tarde norteamericanos, en particular después de la segunda guerra-.

En lo referente a las políticas de ocupación del territorio, la concentración de la población en centros administrativos insertos en enormes extensiones vacías, por una parte, y por la otra la insistencia en la traza urbana basada en la cuadricula, permanecieron como tales hasta fines del siglo XIX. En esa época el modelo haussmaniano vino a superponerse parcialmente en algunas ciudades, pero solo como un elemento formal de diseño urbano, desprendido de sus bases ideológicas y también de su sentido como estructurador de la ciudad. No se produjo debate alguno como tampoco lo habría luego acerca de la adaptación del Garden suburb ya en la década del 40, a la expansión residencial de las ciudades, un Garden Suburb que en la Argentina, en general, permaneció obsesamente fiel a la cuadricula.

La tradición constructiva, por su parte, permaneció en estado artesanal, en un mundo en el que la mano de obra abundaba y no así los medios mecánicos, situación opuesta a la de los Estados Unidos y diferente asimismo de la de Europa.

De los grandes maestros de la arquitectura moderna, ninguno se radico definitivamente en América Latina, aunque Le Corbusier visito rápidamente varios países y, lo que quizás resulto más importante, recibió en su estudio a varios de los que serían arquitectos de primera línea en sus respectivos países. La información acerca de las ideas y obras europeas llegaba de manera indiscriminada a través de diversas revistas y de los mismos arquitectos viajeros.

En Argentina se dio la polémica entre los sostenedores de la nueva arquitectura y los arquitectos tradicionalistas o nacionalistas: los primeros hablan de funcionalidad, de nuevas técnicas y materiales, de la inmoralidad del ornamento historicista; los segundos acusan a la nueva arquitectura de materialismo (germánico) y de desprecio por el arte. En cuanto a las visitas de Le Corbusier, no llegaron a producir efecto en esta sociedad apegada a las tradiciones académicas.

En Brasil, a partir de la visita de Le Corbusier un grupo notable de arquitectos inicio un brillante periodo de arquitectura moderna “a la brasileña”. Eduardo Díaz Comas ha descrito como la sólida formación académica de Lucio Costa le permitió abordar el tema de la composición más la caracterización, que venía a expresar la universidad la universalidad más la nacionalidad, en una síntesis que no era ajena a la propia formación y actitud de Le Corbusier.

En América Latina los emprendimientos más importantes relacionados con el movimiento moderno fueron impulsados por el Estado.

En Brasil la ideología socialista, universalista, el Movimiento Moderno, se vio sustituida por la necesidad de representación de un poder de ideología nacionalista. La relación de la nueva arquitectura se dio más bien con unas políticas gubernamentales que con sus ideologías compartidas por intelectuales y artistas, aun cuando los arquitectos, en particular en el caso mexicano, estuvieran claramente enrolados en la línea de las reivindicaciones nacionalistas. A veces coincidirán estas ideas con las preocupaciones sociales originarias del Movimiento Moderno. Tal fue el caso de la serie de escuelas O ‘Gorman o los conjuntos de vivienda popular de Mario Pani en México. La denominación de funcionalismo que adoptaron estos arquitectos mexicanos para su arquitectura señala la orientación hacia la solución de problemas sociales. Así mismo la acción de los profesionales por medio de las sociedades de arquitectos, que ejercieron su influencia a través de concursos, revistas, etc.

En lo que se refiere a los tipos edilicios, el edificio en altura, la torre, acabara en muchas ciudades, en particular las del cono sur, como ese extraño hibrido que es la “torre entre medianeras”, la torre adaptada a un parcelario que no se desprende de la estructura de la cuadricula y el amanzanamiento colonial. Solamente en las ciudades que han abandonado sus centros históricos y han expandido sus centros de negocios a nuevas ubicaciones, como Quito, Caracas o México, la torre juega libremente, pero no entre jardines radiantes ni en la apretada densidad norteamericana, sino en una especie de caótico muestrario de formas, materias y colores.

Los caracteres morfológicos, y sobretodo un modo de proyectar que se advierte especialmente en las plantas, ordenadas y despojadas de accidentes, se convirtieron en caracteres comunes a la arquitectura y sustituyeron en las Escuelas a la enseñanza académica, al menos en la década de los 40. Asimismo, los grandes conjuntos de viviendas populares respondieron, durante muchos años, al modelo (degradado) de la Ville Radieuse, como por lo demás ocurría en buena parte del mundo desarrollado. Es reciente la búsqueda de recuperación de los tejidos urbanos tradicionales, como es reciente también la búsqueda de recuperación de ciertos tipos edilicios tradicionales.

La crisis del movimiento moderno es el resultado de su inmersión en el mundo, de haber abandonado el terreno ideal de los valores universales para confortarse con los valores y disvalores existenciales. Esta confrontación vino a demostrar como la pluralidad de las culturas y de las historias particulares o, si se prefiere, versiones particulares de algunos valores universales, propios del ser humano en sociedad.

El movimiento moderno era un producto histórico-cultural, y en tal condición era intransferible como totalidad. En su pretensión de universalidad había una falla estructural.

La traumática experiencia del Movimiento Moderno, su disolución, su fracaso como ideología totalizadora, confirman así la aseveración de Jürguen Habermas de que el descubrimiento de la pluralidad de las culturas no es nunca una experiencia inocua.

En el tiempo presente se dan cuatro componentes del conjunto de las arquitecturas que constituyen el panorama actual:

Arquitecturas del star system como periferias que operan sobre la superficie de los problemas, con un alto grado de autismo, que se separan voluntaria y ruidosamente de las viejas verdades esenciales de la arquitectura –función, estructura, urbanidad, unidad, etc.-.

El reduccionismo al que ha sido sometida la arquitectura en los últimos tiempos ha establecido una escala de valores en que la imagen atractiva ocupa el más alto sitial, en tanto que las condiciones ambientales, la eficiencia funcional, los valores especiales, la calidad de la vida, y aun el virtuosismo en la resolución de ciertos finos problemas de diseño, han pasado a un segundo plano.

Las arquitecturas de las grandes corporaciones, impulsoras del desarrollo de la alta tecnología en arquitectura, son también periféricas, pues sirven a un sector limitado de la sociedad y atienden a una franja de problemas arquitectónicos y necesidades sociales estrictamente acotada. Esta arquitectura se muestra como un ejercicio tecnológico valioso como desarrollo del ingenio estructural, pero ajenos a necesidades arquitectónicas o urbanas.

La arquitectura que se realiza en países medios considerados “no centrales” o “marginales”, opera a menudo en el corazón de los problemas arquitectónicos y sociales en su centro real, esto es, tanto la búsqueda de soluciones técnicas, económicas, constructivas, adecuadas su circunstancia, como al servicio de sus respectivas comunidades y a la atención de su calidad de vida, o a la calificación de los lugares en que le toca actuar. pero resulta periférica en el contexto mundial porque rara vez tiene acceso a los medios de comunicación que difunden información a escala mundial.

Por otra parte, la capacidad de un arquitecto de “venderse” internacionalmente como producto exportable parece estar en relación inversa de su compromiso con el lugar, pues sin duda alguna es más difícil vender una actitud que una imagen.

En cuanto a las vanguardias y las arquitecturas de tendencias, es posible afirmar que el peculiar funcionamiento de la sociedad de consumo ha tornado imposible la existencia de una corriente central de este tipo.

El actual sistema no solo consume objetos sino ideas, imágenes, corrientes de pensamiento, movimientos políticos y sociales, en una palabra todo lo que el ser humano es capaz de producir.

La celeridad de los mecanismos de consumo conduce a la aceleración del curso de los estratos más superficiales de la historia, e incide sin duda también sobre los estratos más profundos, los de media duración.

En el caso del regionalismo, proclamado para desprenderse de las corrientes internacionales que representan a la sociedad de consumo, no ha debido transcurrir mucho tiempo para que la idea primitiva se convirtiera en la formula apta para ser comercializada y manipulada por las grandes compañías, como lo señalo Silvia Arango. Convertido en mercancía, el regionalismo puede ser simplemente uno de tantos modos de comercializar la arquitectura.

jueves, 28 de abril de 2011

La Otra Arquitectura

La Otra Arquitectura


El Estilo Internacional

Vivienda Unifamiliar:

En 1923 se introduce esta línea en Sao Paulo por Gregori Warchavchik, empleando una arquitectura funcional, económica y desprovista de decoración alguna, en esta ocasión se observan los eventos que revelaban el medio reglamentario y cultural al que se estaba introduciendo dicha arquitectura en esta época. En el aspecto Tecnológico también tenía disonancias ya que en esa época la construcción era rudimentaria y es clara la tensión entre los conceptos modernos y tradicionales en el cual la vivienda revela un compromiso únicamente estético.

Sin Embargo en otros ámbitos latinoamericanos también se empiezan a encontrar influencias modernas en casos adyacentes al rio de la plata un ejemplo de este es Buenos Aires donde Alejandro Bustiilo consigue un equilibrio entre la tradición y los conceptos modernos,
En Montevideo se construyeron varias viviendas donde su volumetría era clara , estas viviendas fueron visitadas y elogiadas por le Corbusier para no descartar la necesidad de entusiasmarlos en su labor y por la propagación del movimiento en el nuevo mundo, ya que ninguna de las viviendas cumplían con ninguno de los cinco puntos que le Corbusier plantaba a estas obras se les podría llamas según Enrique Browne Pre estilo Internacional.
En muchos de los Lugares del nuevo mundo eran Influenciados los arquitectos por el movimiento internacional, sin embargo se puede denotar la falta de apoyo inicial por parte de los lugareños ya que los pioneros desarrollaban viviendas ensayando la arquitectura racionalista en su propia vivienda y posteriormente la vendían elogiando su funcionalidad a los posibles clientes.
El ánimo o emotividad de estos pioneros era el estar a la vanguardia estando más cerca a los modelos y normas europeos, (Espíritu de la época) sin embargo el contexto latinoamericano tenía unas condiciones preexistentes que denotaban algunas restricciones propias (espíritu del lugar)
Uno de estas normativas del lugar al que fue introducido el estilo Internacional Fueron
Pareo de las construcciones vecinas
Los sismos existentes en algunos lugares como chile
la diferencia del clima que produjo por parte de los usuario transformaciones en la vivienda para adaptar las viviendas a las condiciones locales.

Una de las vivienda más representativas de la época es del arquitecto Gregori warchavchik en la cual se atiene mas a los conceptos del estilo internacional que a los modelos físicos europeos, con la “casa modernista”.
Sin Embrago después del primero periodo de 1930 a 1945 se pierde el interés por el análisis a las viviendas de estilo internacional debido a que también los modelos originales desaparecen en Europa

Edificios Públicos

La relación de la arquitectura contemporánea de esos tiempos con el estado tiene su interés en el segundo periodo, entre 1945 y 1970 . Sin embargo existió una relación temprana en el México Postrevolucionario; quienes tuvieron las primeras experiencias fueron Juan Legorreta y Juan O’Gorman quienes dieron una solución masiva de vivienda y equipamiento social.

Muchos de estos acercamientos a las autoridades locales tuvieron relación embrionariamente en algunos países latinoamericanos como en Caracas con el Arquitecto Carlos Raúl Villanueva quien proyectara La Escuela Gran Colombia , Chile con Arquitecto Jorge Aguirre y el Centro Cultural de Defensa y Raza, entre otras todas estos proyectos influenciados en los jóvenes Arquitectos Latinoamericanos por modelos Europeos como los de Le Corbusier para el Palacio de Las naciones Unidas , no obstante las autoridades latinoamericanas se verían influenciadas por modelos conservadores neoclásicos del periodo pasado, esto resulto en una conciliación Proyectual entre El estilo neoclásico y el Estilo Internacional todo esto despojado de toda decoración.

Por otro lado los arquitectos tuvieron una salida a esta estancamiento formal y estilístico este fue recurrir al expresionismo el cual “ofrecía más posibilidades simbólicas a los edificios representativos sin alejarse de los límites del estilo Internacional”[1]

El expresionismo según autores como Fusco, Renato quienes dicen que el Expresionismo incluía referencias románticas o Eclécticas, Un Ejemplo claro de esto es la torre Einstein de Erich Mendelsohn que tiene cierta afinidad formal con la arquitectura vernácula holandesa[2].

Esta variación formal arquitectónica fue influenciada en su época por Mendelsohn quien en su época tuvo reputación en Europa y cuyo éxito tuvo repercusión en América Latina sobre algunos Arquitectos Jóvenes de la época. Algunos Ejemplos de Proyectos Latinoamericanos con Influencia Expresionista es la Biblioteca Municipal de Sao Paulo de Mario Andrade (1935), La escuela de Leyes de la Universidad de Chile por Juan Martínez

Este ciclo representativo de de arquitectura de Estilo Internacional marca su culminación con el Proyecto del ministerio de Educación en Rio de Janeiro.1943 de el arquitecto Lucio Costa y Òscar Niemeyer con Asesoría de Le corbusier, esta obra es catalogada por Enrique Browne como el más puro trasplante de elementos corbusieranos a nuestras tierras por lo tanto es el mejor acercamiento sus cinco punto en la arquitectura como pautas Internacionales, cada uno de estos anteriormente experimentados en algunos proyectos de Le corbusier.



Edificios para la Empresa Privada

El Edificio pionero es diseñado por Sergio Larrain el edificio Oberhauer el cual es inspirado en los almacenes que mendelshon había desarrollado recientemente en Alemania en 1927 en el cual su tipología era pareada y su esquinas eran suavizadas por curvas haciendo de un estilo característico al edificio, esta tipología fue ampliamente difundida por algunas capitales de diferentes países, Santiago de chile, Bogotá, Buenos Aires entre otras, fue muy adoptado en su época debido a que “este modelo ofrecía una salida a la contradicción entre las normativas locales y la teórica acontextualidad de la nueva arquitectura”[1]

El expresionismo es desarrollado, por la acentuación del vértice, siendo simultáneamente contextual con su entorno , un claro ejemplo de esto es el edificio Centenario en Montevideo realizado por De Los Campos, Puente y Tournier el cual es un proyecto en un lote esquinero en el que se fragmenta el volumen del proyecto en 3 y se eleva el volumen de la esquina acentuándola.

Otro de los estilos que se alejan un poco del estilo Internacional son los edificios rascacielos claramente influencia neoyorquina de la época. En el cual sus rasantes son para mejorar el asoleamiento urbano, dando como resultante un aislamiento y unos retranqueos característicos, una clara muestra de esto es el edificio Kavanagh en Buenos Aires 1936 realizado por Sánchez, Lagos y De la torre, además fue el más alto edificio en Latinoamérica en su época.

Otra características típicas de este estilo fueron las metáforas navales que se realizaban en distintos tipos de proyectos, en el cual la expresión mas literal se desarrollo en el Club Náutico proyectado por Labayer, y Aispurua diseñado en San Sebastián .

Todas estas producciones latinoamericanas mencionadas anteriormente fueron las variaciones mas adoptadas para el estilo internacional, Sin embargo al acercarse el fin del primer periodo surgen mas variaciones a través de la aparición de nuevas clientelas, en el cual la arquitectura moderna es adoptada con nuevos programas funcionales tales como la recreación, la salud, los deportes, entre otros.

Por otro lado la descentralización de las ciudades y la migración a la periferia de la población permite también la construcción de edificios aislados, algunos ejemplo de esta tipología de edificaciones se encuentra la clínica Santa María en Santiago de chile proyectada por los arquitectos Costabal y Garafulic y La sede del Automóvil Club Argentino realizada Por Antonio U VIlar.

Algunos nuevos elementos se desarrollan en Brasil relacionados con la protección solar como los quiebra soles que en épocas posteriores se convertirán en el tema predilecto, estos fueron utilizados en Brasil en proyecto de Oskar Niemeyer. Y llevados a diferentes partes de Latinoamérica como Buenos Aires.

Sin Embargo la transformación mas evidente del estilo Internacional se vería reflejado en el siguiente periodo del 45 al 70 como primera medida por el cambio de Normativa según los postulados del CIAM y segundo por la llegada de la nueva tecnología en la cual se genero el acristalamiento de los edificios; con su principal pionero Mies van der rohe, el cual se convierte en el impulsor del muro Cortina. Esta evolución tecnológica transforma de manera evidente la forma y concepción del estilo internacional en todas partes.

Glosario de Arquitectos que participaron en esta época:

Julio Vilamajo – Uruguay

Alejandro Bustillo - Argentina

Sierra Morato y Vigoroux - Uruguay

Mauricio Cravotto - Montevideo

Manuel Mujica –España- Construye en Caracas

Gregori Warchavchik - Brasil.

Juan O’Gorman – Mexico

Alberto Prebish – Argentina

Juan O’Gorman

Juan Legarreta

Juan A Scasso

Carlos Raul Villanueva

Jorge Aguirre

Sergio Larrain

Lestard, Baudizzone, Varas

Solsona, Vinoly, Manteola, Santo

Rino Levi

Wladimiro Acosta

Antonio Bonet

Melchor Ocampo



[1] Browne Enrique . La otra Arquitectura , Editoria Gustavo Gili

[2] Frampton Kenneth: Historia Critica de la Arquitectura Moderna. Editorial Gustavo Gili




arquitectura latinoamericana contemporanea - hugo segawa

-La condición Latinoamericana.

En los Comienzos de la década de 1970 se publica por parte de la UNESCO La panorámica de la Arquitectura Latinoamericana por Damián Bayón.

En esta publicación aparecen las declaraciones de arquitectos latinoamericanos reconocidos como es el caso del Venezolano Carlos Raúl Villanueva quien afirma ser un seguidor de la obra arquitectónica colombiana por no ser aparatosa y no que no quiere hacer un monumento, no quiere lucirse, quiere hacer algo simple, una arquitectura humana que le guste a la gente y esto es suficiente.

Otra opinión a favor de Colombia es la de Emilio Duhart el cual reconoce que los colombianos construyen excelentemente y con seriedad.

Por otro lado Henry- Russell hitchcock llama la atención sobre la ausencia hasta entonces de la arquitectura moderna colombiana en la cartografía Sudamericana y francisco Bullrich lamentaba no referirse al país en su libro Arquitectura Latinoamericana de 1969.

En 1980 el Centro Pompidou de Paris inauguro la exposición Arquitectures Colombiennes: Alternatives aux modeles internationaux la cual tuvo un éxito sorprendente. La curaduría fue particularmente sensible a una arquitectura que se desarrollaba al margen de la arquitectura comercial del tipo racionalista-funcionalista, pues al contrario de esta se mostraba respetuosa del entorno geográfico, de la topografía, de las visuales, de la escala, preocupada por la elaboración y calidad de los detalles, construida con gran economía, con materiales y procedimientos artesanales y que encontraba en el ladrillo un material constante, que ella vería como una tradición en la arquitectura moderna colombiana.

Se destaca sobre todo la obra de Rogelio Salmona.

Antonio Toca Fernández publica su libro Nueva Arquitectura en América Latina: Presente y Futuro en 1990 el cual es una compilación de ensayos. Los autores compilados reflejan el ideario que circulo en torno a los SAL, lo que puso en evidencia una inédita interlocución latinoamericana.

En cuanto a los SAL, sus discusiones constituyen un cuerpo teórico y doctrinario para algunos y rechazado por otros. En sus primeras reuniones el debate se dio en torno a las cuestiones como la identidad, alineación y regionalismo.

En las décadas de 1960-70 se trataron temas como centro, periferia, dependencia y marginalización.

En las décadas de 1980-90 la idea del Chileno Cristian Fernández Cox, propagada con la expresión “Modernidad apropiada”, represento el discurso de base de una supuesta “nueva arquitectura Latinoamericana” que tuvo vigencia hasta mediados de la década de 1990.

Ni el SAL se configuro como un “CIAM Latinoamericano” ni se constituyó una propuesta operativa (cómo definiría Manfredo Tafuri) de la arquitectura Latinoamericana.

-Arquitectura que modela el paisaje.

En Brasil los arquitectos son deudores de Oscar Niemeyer puesto que el creo un lenguaje propio del que se nutrieron muchos brasileños de generaciones posteriores.

Paulo Méndez da Rocha es uno de los grandes arquitectos que desarrolla una expresión personal independientemente de la tipología o el nivel de intervención arquitectónica. Su arquitectura se funde con el paisaje, de manera creativa y provocadora. Conserva sus afinidades con la arquitectura brasileña de las décadas de 1950 y 1960.

Octavio paz escribe: La visión de la arquitectura de Paulo Méndez da Rocha está impregnada de una necesidad de modernidad ligada a un ideal de Brasil, pero modernidad sin la perdida de una identidad universal, o sin perder lo que tiene en común con todas las culturas occidentales.

-Tecnología con sentido social.

Después de la posguerra la construcción se impuso como una vía para cubrir la devastación, estas ideas se diseminaron por el mundo incluyendo Latinoamérica.

Los sudamericanos expresaban cierta cautela ante la fascinación por la industrialización de la construcción frente a la estructuración económica y social de los países autóctonos.

Se planteaba el dilema de importar conocimientos de los países avanzados con el riesgo de caer en un neocolonialismo tecnológico o la inadecuación de estos sistemas ante las realidades locales o la necesidad de organizar tecnologías propias en un panorama adverso de modernización científica y social.

Arquitectos Latinoamericanos que defendían la necesidad de industrialización de la arquitectura como camino hacia la modernización de América Latina fueron:

- Pedro Ramírez en México.

- Emilio Duhart en Chile.

- Ing Eladio Dieste en Uruguay.

- Fernando salinas en Cuba.

Cuba fue el país que más desarrollo sistemas de prefabricación a partir de tecnologías adaptadas de la Europa del Este.

El tema se desvaneció en el ámbito de una arquitectura más consecuente para desarrollarse básicamente en la construcción civil pesada.

El arquitecto brasileño Joao Filgueiras Lima (Lelé) insistió en la experimentación industrializadora en la década de 1990 con el Centro de Tecnología de la red Sarah.

Lelé parece demostrar a pesar de hacerlo de una forma solitaria, que una arquitectura que nació a mediados del siglo XX de los gestos de Lucio Costa y Oscar Niemeyer puede fructificar.

-Gravedad y Ritmo.

Arquitectura Mexicana a finales del siglo XX.

-Teodoro Gonzales de León vivió la consecución del sincretismo entre el estilo internacional y los códigos figurativos del pasado prehispánico y colonial en el polémico campus de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Pertenece a una generación educada en el movimiento moderno su obras formuladas dentro del discurso tipológico y una plástica de geometrías y elementos básicos en permanente recombinación evocan la máxima de Aldo Rossi: la Arquitectura es indiferente a la función.

A mediados de la década de 1970 tuvo una fuerte inquietud por introducir en sus composiciones elementos de la arquitectura del pasado, constantes referencias a códigos formales de la arquitectura prehispánica y virreinato mexicano.

-Las décadas Kahnianas.

Los mejores discípulos de Le Corbusier fueron latinoamericanos. El impacto de Le Corbusier sobre América Latina fue tan fuerte como el impacto que ejerció América Latina sobre él.

Ernesto Vautier, Gregoni Warchauzhik, Alberto Prebisch, Carlos Raúl Villanueva, Luis Barragán, Lucio Costa, Oscar Niemeyer y Alberto Eduardo Reidy, fueron algunos de los pioneros latinoamericanos que defendieron los ideales de Le Corbusier en sus escritos y obras.

En las décadas de 1980 y 1980 la atención de los arquitectos latinoamericanos dio un giro hacia Louis I. Kahn. Luis Barragán fue el único interlocutor y colaborador latinoamericano de Kahn.

Desde mediados de la década de 1960 hubo un interés difuso por Kahn en arquitectos como el venezolano Jesús Tenreiro; el argentino Miguel Ángel Roca o por el hermano de Jesús, Oscar Tenreiro.

Así mismo se puede observar el toque Kahniano en arquitectos como Rogelio Salmona, Clorindo Testa o el Brasileño Eolo Maia.

Desde la década de 1920 a la de 1970 fueron los años Corbuserianos pero hacia finales del siglo XX hubo algunas décadas Kahnianas.

-Monumentalidad introspectiva.

La América Latina de los colonizadores católicos fue el mayor laboratorio de espacios de cultos y devoción durante el Renacimiento y el Barroco, fruto de una acción casi miliciana de conquista espiritual marcada por grandiosos monumentos conventuales y reducciones indígenas como fortalezas de la fe… Estos edificios son partes indelebles del paisaje Latinoamericano.

A finales del siglo XX se destaca una obra de gran tamaño, como es la de la Abadía Benedictina de San José, en tierras americanas, del arquitecto Jesús Tenreiro de la Universidad Central de Venezuela. El gran premio IX Bienal Nacional de Arquitectura otorgado en 1998 lo proclamo como la obra arquitectónica reciente más importante de Venezuela.

Una mirada rápida sobre la Abadía permite notar dos influencias bien marcadas: Le Corbusier y Louis I. Kahn.

-Localismo y abstracción.

La compilación organizada por Antonio toca, Nueva Arquitectura en América Latina: Presente y Futuro y la edición española de la enciclopedia Arquitectura Latinoamericana en el siglo XX coordinada por Ramón Gutiérrez, son una muestra de la toma de posición sobre una identidad arquitectónica de la América Latina; se trata de la afirmación de una autenticidad Latinoamericana.

Un ejemplo es Rogelio Salmona con el carácter alternativo de su obra frente al internacionalismo.

Marina Waisman escribe: La trayectoria de Rogelio Salmona parece demostrar que el tan debatido tema de la contradicción entre modernidad e identidad, entre universalismo y localismo, la cuestión de un regionalismo no reaccionario puede tener soluciones positivas.

-Misterio y razón.

Ricardo Legorreta, arquitecto mexicano, ayuda a entender el desplazamiento de la producción de un arquitecto de formación racionalista ortodoxa, hacia una obra de madurez basada en la emoción y la libertad, en la arquitectura donde los colores, las formas y las proporciones no tienen otra lógica que la de la voluntad gestual del espíritu. Como un hacedor de paisajes, un discípulo de Barragán, Legorreta no crea escenarios sino atmosferas.

-Arquetipos institucionales.

Miguel Ángel Roca de Argentina, gano fama como secretario de obras públicas del ayuntamiento de Córdoba a partir de la década de 1980.

Según Marina Waisman , la acción de Miguel angel Roca, fue una verdadera puesta en valor de la imagen misma de la ciudad a través de la consolidación de una identidad tanto para el centro como para los más tradicionales barrios que adquirieron brillantes puntos de atracción.

No se trata de construir museos: se trata de elevar la calidad de vida urbana por medio de la valorización de sus espacios públicos más modestos.

A mediados de la década de 1980, cuando Roca estaba presente en las publicaciones internacionales, muchos lo tildaron de emergente posmoderno o neoecléctico, el propio arquitecto abogaba por “un racionalismo poético, donde mito y realidad, objetivo y racionalidad dialéctica, cosmos y singularidad, ciencia, poesía y tecnología, se convoquen y celebren por igual.

-Tropicalismo o Barbarie.

Marina Waisman: Arquitectura alternativa como una arquitectura que se aparta no solo de los métodos constructivos habituales, sino especialmente de la actitud que ha caracterizado a la arquitectura y cultura occidentales: los de una evidente agresividad frente a la naturaleza.

Ejemplo de esta arquitectura es el centro de protección ambiental de Balbina por Severiano Porto y Mario Emilio Ribeiro.

Porto desarrollo una magistral estructura de madera que evita la ortogonalidad convencional de las construcciones con el material, sustituyéndola por una organicidad que podría constituir una referencia a las estructuras de las viviendas indígenas amazónicas.

Otro ejemplo lo podemos ver en el conjunto de las antiguas capillas de Childé en la región de los Lagos, al sur de Chile, donde la continuidad histórica, la idea de lugar y tectonicidad de la arquitectura fueron los temas que emergieron en el pensamiento y la práctica de un grupo de arquitectos locales entre los que se encuentra Edward Rojas y Jorge Lobos.

Como observó Adriana Irigoyen, sobre esta arquitectura Chilota: “Un archipiélago verde donde no se ha decretado el fin de la historia sino su eterno reciclaje”.

Dibujar y construir espacios de adecuada habitabilidad, considerando su dimensión cultural y ecológica es una postura que se ha venido llamando bioclimática. No se plantea el dominio de la naturaleza sino la integración armónica en ella.

La arquitectura no se resume exclusivamente en sistemas constructivos y técnicas de enfrentamiento a las condiciones climáticas adversas. De ser así, las arquitecturas High-tech serían la solución ideal para la Amazonia y para cualquier lugar del mundo.

La radicalidad tecnológica presupone dos naturalezas distintas: la “exterior” la naturaleza real y la “interior” la artificial. La arquitectura bioclimática proporciona aparatos electrónicos de acondicionamiento ambiental y solo se vale de recursos constructivos tradicionales… sin embargo, si la técnica constructiva es simple, donde está la arquitectura?.

-cosmopolis.

En el año de 1998 dos iniciativas europeas que contemplaban la arquitectura Latinoamericana ejemplificaron muy bien el intrincado choque de posiciones finiseculares:

- En Madrid la I Bienal Iberoamericana de Arquitectura e Ingeniería Civil.

- En Barcelona, la fundación Mies Van der Rohe, inauguraba la versión latinoamericana del premio Mies Van der Rohe de Arquitectura, consolidado ya en su quinta versión europea.

Las dos consideraban las obras concretadas entre 1990 y 1997.

Al respecto Adela García Herrera, editora de la revista Arquitectura Viva anota que entre las 40 obras seleccionadas para la exposición madrileña y las 23 finalistas del evento catalán tan solo había cinco coincidencias. El premiado de la Bienal, el hospital Sarah Kubitschek de Salvador de Joao Filgueiras Lima, no se incluía en la lista del galardón concedido en Barcelona.

Algunas obras de los nombres más reconocidos del panorama latinoamericano han sido candidatas en esta primera edición del premio Mies Van der Rohe (Niemeyer, Salmona, Testa, Mijares, González de León, Legorreta), sobre estos se ha impuesto el manierismo elegante, vanguardista y descontextualizado de dos jóvenes profesionales que completaron su formación en universidades norteamericanas.

El crítico Josep María Montaner establece una comparación entre el preferido del premio Mies Van der Rohe y otro de los premiados de la I Bienal Iberoamericana, El Museo Xul Solar de Pablo Bertia:

Ambas obras tienen significados e implicaciones totalmente contrapuestas. La primera es pura imagen pensada para ser publicada y la segunda es para ser vista y recorrida, predominando la síntesis de estereotomía y tectónica, cuya reproducción solo es posible siguiendo unas condiciones tan singulares como la obra misma.

El otro finalista de ese premio, Enrique Browne, defendía en 1989 la existencia de un nuevo movimiento de arquitectura Latinoamericana, reconociendo avances en el desarrollo teórico, histórico y crítico, en especial con los entonces cuatro seminarios de arquitectura latinoamericana organizados, movimiento al que se sugería el epíteto de “otra arquitectura” en cuanto proponía multifacética y en formación distinta a las realizaciones protagonizadas por eminencias como Oscar Niemeyer, Carlos Raúl Villanueva, Clorindo Testa, Emilio Duhart o Félix Candela; que no se confundía con las arquitecturas “posmoderna”, “neoracionalista”, high-tech”, etc. Y que asimilaba la “alteridad cultural de América Latina dentro de la civilización occidental”.

Durante la década de 1980, la llamada “década perdida” de América Latina –que para algunos se extendió también hasta la década de 1990- un sector de la profesión arquitectónica latinoamericana se articuló de una forma solidaria en torno a los seminarios de Arquitectura Latinoamericana. En los vacilantes años de 1990,se vivió un periodo que tuvo una resurrección de cierto espíritu desarrollista con extraordinarias oscilaciones en los varios cuadrantes del subcontinente; Argentina, Brasil, Chile y México, especialmente.

-Monumentos al consumo.

Beatriz Sarlo, crítica literaria argentina ve como el centro comercial refleja la crisis del espacio público, un monumento basado precisamente en la velocidad y el flujo mercantil, un refugio antiatómico en ciudades que se fracturan o se desintegran en una época en que las instituciones y la esfera pública ya no pueden constituir hitos que se piensan eternos.

Con mayor o menor ritmo las ciudades latinoamericanas están asimilando la cultura del centro comercial y todo lo que representa en lo que se refiere a la parcelación social y económica del tejido urbano.

No sorprende la homogeneidad de centros comerciales en Porto Alegre, Barranquilla, San José o Lima. No reconocen el entorno inmediato, las relaciones de vecindad, de lugar y tiempo.

-Ansiedad finisecular.

En el año 2000 el segundo premio Mies Van der Rohe de Arquitectura Latinoamericana se da en Barcelona.

En el paso de 1999 al año 2000 se da un tema recurrente en los medios de comunicación, el fin del milenio y las perspectivas del siglo XXI.

En América Latina, junto a la revolución telemática, los pueblos viven en condiciones medievales. La cultura del espectáculo transforma las ciudades pero las megaciudades se están deteriorando de manera espectacular.

La exuberancia tropical, la fuerza de la naturaleza americana, la anarquía, el primitivismo y el multiculturalismo son otros estereotipos clásicos que confunden más que aclaran, las mentalidades categorizadoras como la europea, la japonesa y la norteamericana en cierta medida.

Pioneros como Niemeyer, Burle Max, Villanueva, Pani, etc. representan la modernidad arquitectónica del subcontinente y en su tiempo desafiaron osada y pragmáticamente, la cultura arquitectónica dominante, instaurando un sentido latinoamericano de identidad y creatividad, instaurando una modernidad alternativa.

lunes, 25 de abril de 2011

La Aquitectura Descentrada

La fragmentación del organismo arquitectónico

En el pensamiento moderno el espacio en el que se da la obra arquitectónica es un espacio neutro, carente de diseño especifico que obligue al edificio a seguir ciertas leyes para establecer una relación con él.

En los edificios queda excluido todo aquello que atañe a la calidad de vida no cuantificable. Esto es considerado como la primera gran ruptura en la cual el organismo y el medio se separan.

Con la crítica posmoderna aparece el contextualismo como la búsqueda de una relación armónica de la nueva arquitectura con el contexto.

El avance de los sistemas de acondicionamiento y servicios de edificio con el control total de las condiciones del espacio interior es otro aspecto que constituye a la ruptura entre el edificio y el medio en el cual está implantado.

Durante décadas la importancia de la historia había sido interrumpido, primero con el movimiento moderno y luego en la década de los 60´s con el rechazo causado por el general descredito del saber arquitectónico del que sin duda la historia constituye un soporte esencial. Reanudado el dialogo se despierta el deseo de legitimización por medio de la historia.

Ahora se ha vuelto a estudiar el tipo como instrumento de diseño, el cual había sido dejado de lado por las vanguardias como uno más de los signos de su ruptura con la historia. Sin embargo el uso del tipo puede servir para usurpar o inventar historias jamás acaecidas o apropiarse de historias consideradas más prestigiosas.

En América Latina el tipo se da como un vehículo transmisor de modos de vida de hábitos en el uso de los espacios que caracterizan a una comunidad. Encontramos ejemplos como la casa de patio base de bellísimas obras de Salmona o la de los vecindarios en México.

“El tipo es probablemente uno de los vehículos más complejos, pero más eficientes de dialogar con la historia, puesto que es en realidad un transmisor de ideas antes que de meras imágenes”.

La lectura en profundidad de las propuestas de las vanguardias históricas por parte de algunos arquitectos latinoamericanos dio lugar, alrededor de la mitad del siglo a la aparición de arquitectos originales como Carlos Villanueva en Venezuela o Luis Barragán en México.

Por otro lado el patrimonio no monumental o patrimonio modesto es cada vez mas, objeto de interés y centro de tareas profesionales del arquitecto.

Otro tipo de dialogo con la historia está en el conjunto de las tradiciones culturales que se expresan en la arquitectura y en la ciudad.

“La posición de los arquitectos de nuestras ciudades aparece asi como mas arriesgada, como mas expuesta que la de quienes trabajan en un medio de grandes tradiciones. Es verdad que el compromiso de estos es más grave, pero también cierto que poseen una base firme a partir de la cual aventurarse.”

viernes, 15 de abril de 2011

En el libro de Marina Waisman La Arquitectura Descentrada nos habla sobre el descentramiento de la disciplina donde nos muestra como desde la década de los 60 se abandonaba el saber arquitectónico, las técnicas de diseño y la indagación propias de la disciplina.

Por una parte el usuario convertido en protagonista, supuesto conocedor de la sabiduría necesaria para construir un hábitat adecuado.

Por otra parte los conocimientos y procedimientos propios de otras ciencias como las sociales, matemáticas, etc. Que sustituían a los instrumentos tradicionales de la proyectacion, fueron los medios que utilizo la arquitectura para resolver los conflictos planteados por el momento histórico según Tzonis y Lefaivre.

El proceso de descentramiento de la disciplina se lee en la práctica del “advocacy planing” o en los grupos de usuarios dirigiendo la toma de decisiones por una parte; por la otra, en el acento puesto en métodos y procesos en desmedro del producto cuya creación formal era fuertemente cuestionada. Las cualidades perseguidas eran la flexibilidad y el cambio. La distinción entre Arquitectura y construcción era despectivamente comentada.

Estas tendencias repercutieron en las escuelas de arquitectura de Argentina, “las skills (o habilidades) desaparecieron del curriculum para ser reemplazadas por nuevas técnicas completamente inoperantes”.

“una generación de estudiantes por lo menos, se graduó sin los conocimientos básicos en dibujo, en proyectacion o en la concepción de un plan físico esquemático de un edificio) Tzonis Lefaivre.

Por otra parte se daban discusiones interminables y cuestionamientos que conspiraban contra la producción tanto de obras construidas como de trabajos escolares.

La década de los 60 fue en gran medida libertaria, las subculturas marginadas reivindican sus propios valores y reclaman sus conocimientos.

El gusto se convierte en un tema que constituiría el apoyo del pluralismo.

Se dan reacciones contra la perdida de la identidad de la disciplina por parte de grandes arquitectos como Aldo Rossi.

La revaloración de los métodos de diseño propios de la Academia de Bellas Artes es otro instrumento para la reconstrucción del saber profesional.

La palabra composición aparece y con ella desaparece el horror a la simetría que había caracterizado a las décadas anteriores; otros aspectos de cambio se dan con el contextualismo, la revaloración de la ciudad y con ella el concepto de tejido urbano.

En la década de los 70 el componente social pasa a constituir un molesto obstáculo para la creatividad del arquitecto.

“Elitismo, uno de los rasgos que caracterizaba la arquitectura de los 70” Tzonis y Lefaivre.

Este fue un rasgo que se mantuvo vigente hasta la década de los 90´s.

En los 90´s se da un proceso de subdivisión en el cual el arquitecto proyectista de grandes obras pierde el dominio de la totalidad del diseño. Esto se ve reflejado en contradicciones estilísticas y la pérdida del compromiso de la obra.

lunes, 4 de abril de 2011

La otra Arquitectura

Enrique Browne en su libro “La otra Arquitectura” plantea que desde la época de la conquista, los preconceptos arquitectónicos traídos desde El viejo mundo son combinados y adaptados en el nuevo mundo con unas trasformaciones y afectaciones culturales por parte del tiempo, el espacio y el Lugar, denominados Cruces Culturales que generan unos rasgos culturales identificados como:

- Simultaneidad de manifestaciones arquitectónicas que se superponen una sobre otras, esto según Walter Palm se interpreta en la arquitectura como diferentes elementos arquitectónicos de diferentes estilos combinados en una sola obra.

- Cambios Socio Políticos Arquitectónicos, que son generados por símbolos arquitectónicos, Filosóficos y Artísticos en la independencia.

- Mestizaje Cultural que es generado por la Permeabilidad de Influencia externas

Teniendo en cuenta estos rasgos de cruces culturales Browne Plantea su Óptica Critica en la que señala que “La arquitectura contemporánea latinoamericana ha evolucionado dentro de una permanente tensión entre “Espíritu de la época” y “Espíritu del Lugar” . Sin estos dos conceptos es imposible explicar el desarrollo evolutivo arquitectónico latinoamericano.

Browne Argumenta esta Hipótesis referente al espíritu de la época a través de Hegel señalando que “la arquitectura debía realizarse dentro del contexto de la vida cultura de un pueblo, ya que la Arquitectura era la representación de la visión cultural de dicho pueblo” es decir que la arquitectura es influenciada dentro del contexto del lugar tales sean los aspectos Económico Social Político, Cultural que son relevantes en el transcurso histórico de una civilización.

La noción de “Espíritu del Lugar” es Discutida con la tesis de Alfred Weber en la cual “existe un cosmos intelectual de validez universal o un mundo vivencial valorativo que seria Peculiar para cada pueblo por sedimentación histórica” y es complementado por Christian Norberg Schulz En el que define “un Genius Loci que en la Antigua roma era traducido como un espíritu Guardián del ser o Localidad que permite dar vida a los pueblos y los lugares determinando su carácter y su esencia” lo cual seria traducido como la tradición cultural del lugar y sus habitantes,

Browne entonces Tomara estas bases para Introducirnos a su libro y entendiendo que el espíritu de la época traducido como un elemento unitario que penetrara en la civilización con un ritmo propio de desarrollo el cual calara implícitamente en lo que el denomina “El espíritu del lugar”

Posteriormente a esto no se podría evidenciar explícitamente ninguna transformación del pensamiento arquitectónico sin hacer evidente los antecedentes pasados del que hacer arquitectónico al iniciar el último siglo. Es por eso que Enrique Browne se propone Luego a definir los antecedentes que existían ante la introducción del Movimiento Moderno a América Latina, y a partir de este momento se hace evidente la evolución del pensamiento arquitectónico latinoamericano haciendo aun mas explicita la tensión no solo en el ámbito arquitectónico el “Espíritu del Lugar” y “El espíritu de la época”. Desde el cual Browne Divide el tiempo en 3 lugares desde la Introducción del Movimiento Moderno para poder entrar a enfatizar un poco mas las causas y antecedentes que generaba el desarrollo evolutivo arquitectónico en el ultimo siglo.

jueves, 17 de marzo de 2011

Este Blog fue creado por un grupo investigativo de la Universidad Nacional de Colombia con motivo de identificar las reflexiones sobre el pensamiento arquitectónico latinoamericano a través de los diferentes seminarios de Arquitectura Latinoamericano, que se han venido realizando desde su creación en 1985 hasta nuestros días, y como este pensamiento se ha venido transformando a través del tiempo y el lugar en una historiografía Latinoamericana.

Director de la investigación

Arq. Jorge Ramírez Nieto

Ayudantes

Ángela Rodríguez

Eduardo Pineda Forero

Juan Sebastián Rojas